Baño de realidad
Hoy, pudiendo haber decidido quedarme en la Clínica en que nació mi hija, he decidido volver a trabajar. Muchos me han preguntado que qué hacía en la oficina y yo he respondido, sin dudarlo por un minuto, que necesitaba un baño de realidad.
Y en realidad necesitaba volver al mundo real y enfrentarlo... no es lo mismo vivir en la burbuja que rodea el ambiente hospitalario, donde hasta lo más anormal es de total normalidad... a diferencia de lo que sucede en la vida cotidiana, que las “anormalidades” son rechazas... y el resultado fue perfecto, he recibido el cariño espontáneo de todos y lo más importante he recibido sus sonrisas (he descubierto que es un entrada más al alma). Sonrisas que me han marcado y que me han servido para confirmar que hemos iniciado de buena forma este nuevo camino.
Lo único que espero es que Sofía tenga la misma suerte que yo y reciba las mismas sonrisas que yo he recibido, cuando enfrente su mundo real.
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